El 9 de marzo ¿me muevo o no me muevo?

Voy a ir al grano: soy radicalmente provida y jamás me perdonaría que una acción mía favoreciera la legalización del aborto. Este post no es para explicar esa posición, sino para manifestar mis motivos para participar o no en la protesta nacional del 9 de marzo.

Las mujeres mexicanas hemos sido convocadas para faltar a nuestras actividades laborales ese día y no comprar absolutamente nada. Todo esto con el objetivo de hacer una protesta pacífica que demuestre claramente lo mucho que aportamos a la sociedad, y la necesidad de ser escuchadas ante el aumento de feminicidios (que yo definiría como mujeres asesinadas por miembros de su familia, pareja sentimental, o con la presencia de abuso sexual) y abuso sexual.

Mucha gente dice que mueren más hombres en México, o que no ha aumentado este delito pero ahora se conoce más. Me parecen argumentos totalmente irrelevantes. El abuso sexual y el asesinato están mal y punto. Podría registrarse una sola violación al año en este país y de todas formas deberíamos de indignarnos.

Eso no significa que apoye las protestas que han llevado a cabo grupos feministas. Muy por el contrario, no entiendo por qué ellas mismas comparan el daño material con una vida «Les importan más sus monumentos y los vidrios de los negocios», perdón pero un emprendedor que jamás ha dañado a ninguna mujer no tiene por qué endeudarse para restaurar su negocio. ¿Por qué reducen vidas de mujeres y niñas a vidrios? ¿Por qué las reducen a graffitti? ¡Hagamos algo grande! ¡Algo bello! ¡Un poema que cale hasta los huesos! ¡Una canción que saque lágrimas! ¡Un libro que cambie consciencias! ¡Un día en que hagamos falta, pero en que estemos unidas!

Me preocupa mucho que los mismos grupos que organizan este tipo de discursos falsos han acaparado la protesta del 9 de marzo. He leído publicaciones en redes sociales que desestiman el apoyo de los provida, que insultan a los hombres que apoyan, que siguen polarizando una discusión que debería de ser por la dignidad humana, y por ende, ni feminista ni machista, sino simplemente humana. Y por esos grupos es por los que no me gustaría participar.

Pero por los «no pasa nada» de los insensibles es que quiero participar. Por todas las veces en que se ignoró una queja de acoso sexual, por todas las personas que fueron culpadas de ser abusadas, por todas las mujeres insultadas por su vestimenta y por las que tenemos miedo de hacer actividades totalmente inofensivas.

He pedido consejo a mucha gente, porque no sé qué hacer y no quiero quedarme callada. Hoy leí este tweet:

Las pañoletas verdes están monopolizando el discurso, urge que las feministas pro vida se hagan oír.

— Hugo Calcáneo Vizcarra 🇲🇽 💙 (@hugocv9) March 4, 2020

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Y me queda claro que si bien no sé si iré o no a trabajar, o qué acción tomaré, no podemos permitir que se polarice más este tema: todas las mujeres debemos estar representadas en esto.

Actualización: Al final, me quedé en casa, participando de esta forma en el paro. Me queda claro que movimientos radicales son los que protagonizan la lucha porque son los que no tienen miedo de colaborar con otros. En realidad, todos tenemos que alzar la voz.