¿Cómo controlo mi rosácea en 2021?

Un día de sol en 2002 y nada nunca volvió a ser igual: la piel de mis mejillas iba de mal en peor: brotes persistentes y enrojecimientos irritantes invadieron mi rostro adolescente. Pasaron algunos años de mascarillas caseras y de ungüentos para alergias, antes de ir al fin con un dermatólogo que dijera: es rosácea. Y de descubrir que lo que hacía falta era todo lo contrario a lo que había hecho. Mi forma de calmar esta condición crónica ha ido cambiando con el tiempo. 

Muchos creen que una rutina de skincare es vanidad, pero ante una enfermedad que incrementa las posibilidades de cáncer de piel y ceguera, no hay hábitos exagerados. Han pasado muchos años desde que escribí cómo controlaba mi rosácea, y la verdad es que muchas cosas han cambiado, unas dejaron de funcionar y otras las remplazaron. 

Algo muy importante es que en 2019 dejé de usar base de maquillaje, pues encontré una crema que controlaba los brotes de forma que ya no la necesitaba. De vez en cuando utilizo un corrector si mis ojeras son muy marcadas, pero es todo. Mi piel ha sabido mostrar su agradecimiento. 

Prevención  

Hay un producto enteramente responsable de reducir el problema más que ningún otro: Clinique Anti-Blemish Solutions, step 3: all over clearing treatment. Nadie me lo recomendó. Decidí probarlo a finales de 2018 tras ver un mini en Privalia por poco más de 100 pesos y pensé que no había nada que perder. Y desde entonces compro dos o tres al año, pues cambió radicalmente mi rostro. Clinique clama que reduce un 80% la aparición de brotes, pero en mi cara el porcentaje es mayor. 

Rutina 

Después de lavar mi cara uso suero, Anti-Blemish, bálsamo labial, crema de ojos y crema humectante. Trato de mantener esa rutina simple y solo agrego otros productos cuando hay acné o irritación. 

Siempre lavo mi cara antes de dormir, haya o no usado maquillaje. Y repito la rutina antes de meterme en la cama. 

Acné 

Sí hay brotes. Mucho menos que antes (tal vez uno al mes o cada dos meses) y menos complicados, pero los hay. En ese caso no me ando con cosas y uso medicamentos en gel o ungüento, recomendados por dermatólogo. Si hay algo maravilloso en la cuarentena es que para una llamada en Zoom casi no se ven y no hay necesidad de cubrirlos con maquillaje. 

Irritación 

Para la piel irritada uso agua termal de Avène o mi receta ya de mucha confianza de té de romero. Se seca en segundos y calma mi piel antes de arreglarme o dormir. Si no llevo mascara, puedo seguir usando el té durante todo el día. 

Alimentación 

Honestamente, como de todo. Pero no siempre. Trato de no comer carbohidratos de baja calidad: pan industrial, pizza de franquicia, papas fritas, etc. Busco que mis carbohidratos sean de alta calidad, grano entero y solo pocos días a la semana, pero diariamente consumo varias raciones de fruta. También he reducido los lácteos. Y vaya remedio. Ha requerido mucha disciplina, bastantes explicaciones y desaprobación, pero mi piel está mucho mejor que antes.  

¿Qué ayuda más a tu piel?