Muy amada

Han sucedido muchas cosas desde que empezó a hacer estragos la pandemia de coronavirus. No soy la única que ha perdido viajes, proyectos, ilusiones, hasta amistades. El lunes pasado hablaba con una amiga muy querida sobre todo lo que ha sucedido. Y de pronto me sorprendí. Durante todo este tiempo no he dudado de algo: soy muy amada por Dios, y está conmigo.

Todo lo que está sucediendo, Él lo resolverá de una forma que yo no puedo alcanzar a imaginar. De hecho ya lo está haciendo.

Hay muy bellos pasajes en el capítulo 3 de Tobías, en el que Tobit y Sarra elevan una oración desesperada y llena de dolor cada quien desde sus circunstancias. Posterior a dicha oración dice:

Fue oída en aquél instante, en la Gloria de Dios, la plegaria de ambos, y fue enviado Rafael a curar a los dos

Tb 3, 16

Desde que leí Historia de un Alma, trato de ver todo lo que me aflige como un regalo, y busco ofrecerle a Dios mi paciencia y obediencia en estas circunstancias. Paso mucho tiempo en oración, soy más consciente de mis acciones y sé que me escucha con misericordia. Muchos signos me ha dado cuando y donde menos lo espero: encuentros, frases que alguien me dice, paz cuando no podría tenerla, lecturas, etc. Ya me escuchó como a Sarra.

Encomienda tus obras al Señor y tus planes se realizarán

Pr 16, 3

A ti también te escucha. Sea cual sea tu fe, ofrécele hoy lo mejor de ti y dirígele tu oración. Sábete amada y escuchada, tu sufrimiento y tu vida tienen una finalidad. Déjate guiar hacia ella con docilidad y sin duda.

¡Bendito seas oh Dios, con toda pura bendición, y seas bendito por los siglos todos! Seas bendecido por haberme alegrado y no haber ocurrido el mal que temía, pues te has portado con nosotros conforme a tu gran piedad

Tb 8, 15 – 16