Ideas

Si no es la verdad

No es la primera vez que alguien me dice “bueno ¿y a ti en qué te afecta si alguien le cree a un coach o conferencista barato?”. Creo que en los últimos cinco años he escuchado esa frase con cierta periodicidad. No es que me guste meterme en los asuntos de otros, pero genuinamente me importa el bienestar de las personas, y más si las conozco. Esa pregunta es casi equivalente a ¿y a ti en qué te afecta si alguien toma arsénico?, nadie en su sano juicio haría como que no sucede nada y procedería a lo siguiente con tranquilidad. 

Mi primer conflicto con las ideas de optimismo superpoderoso, el new age y los gurús capitalistas, es que construyen un sistema de creencias en las personas sin ningún fundamento, que se derrumbará en cuanto haya una crisis. La crisis es inevitable, es parte de la vida real. Una persona que enfrenta los fracasos con culpa de “no desear algo lo suficiente”, o que no logra encontrar sus cimientos, será más susceptible a pensamientos suicidas, a perder la esperanza. Obviamente esto no se le desea a nadie. 

Segundo, es el abuso de las fragilidades humanas para fines egoístas o nocivos: tú quieres mejorar, ser feliz, amar; son deseos buenos y normales en el ser humano. Sin embargo para acceder a las magníficas soluciones que estas personas proponen, hay que pagar sumas fuertes (aunque sea a plazos), o contar secretos (que serán usados para extorsión o manipulación después), o hacerse susceptible a abusos de todo tipo. No siempre es el caso, seguir a alguien en redes sociales y ya es probablemente seguro en este sentido.

Tercero, “¿pero si eso hace feliz a la gente, qué tiene de malo?”. Estamos tan acostumbrados a dejar de buscar lo verdadero, que esta pregunta no escandaliza. En mi práctica religiosa me he preguntado incontables veces sobre la verdad de ciertas devociones o ritos. Mi línea se pinta en “si no es verdadero, no tengo por qué participar en ello”. Y a mi juicio, esta búsqueda constante, este cuestionamiento, evita que uno caiga en sectas, en fanatismos, en mentiras. Entonces “¿qué tiene de buena la mentira como modo de vida?”. 

Que no se nos haga costumbre tolerar “mi verdad que es distinta a tu verdad”. Abrámonos a conocer las distintas perspectivas, mas no a aceptar los abusos a la vulnerabilidad como un camino válido a una concepción falsa de felicidad. La felicidad no es autoengaño, o ignorancia, no es ingenuidad. La felicidad está en una consciencia plena y veraz de caminar hacia un fin bueno. 

2 comentarios en “Si no es la verdad”

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