¿Por qué necesitamos un día de la mujer en 2021?

Hay muchos gritos en el aire, lo cual solo puede ser resultado de una cosa: no escuchamos lo que el otro expresa. Hace un año tuve muchas pláticas y unas cuantas discusiones a raíz del paro que hicimos las mujeres de todo el país. Yo también grité al no sentirme escuchada varias veces. Acercándonos nuevamente al día de la mujer quiero hablar de las causas que todavía, en pleno 2021, quedan sin resolverse. 

• En el año 2020, se registraron 969 feminicidios en México. Las redes se llenaron de burlas y condenas a las víctimas. El gobierno federal sigue desestimando estas tragedias como esfuerzos de la oposición por mancharlo en lugar de hacer frente. 
• Con el confinamiento también aumentaron las denuncias de violencia doméstica, signo de que hay una parte importante de la población que no sabe medir su agresividad. 
• El acoso sexual es terroríficamente común, y denunciarlo es una pesadilla. La objetificación del cuerpo femenino no genera el disgusto suficiente en la sociedad. 
• Los avances en el campo laboral se disolvieron fácilmente durante el confinamiento. La forma en que las mujeres se vieron afectadas es distinta a la de los hombres. Las mujeres que trabajan desde casa frecuentemente tienen que lidiar con otras cosas: el cuidado de los hijos, la limpieza de la casa, etc. Y como si el cansancio no fuera suficiente, esto es mal visto por algunos empleadores. 
• La ciencia no ofrece aún respuestas para la muchas de las enfermedades propias de la mujer, no saben causas ni curas, solo que la enfermedad está ahí diezmando la calidad de vida de la paciente, y lo único que se les ofrece son anticonceptivos de efectos atroces para detener ciclos. 
• Porque hacen falta más opciones de ayuda para que las mujeres en situaciones difíciles prefieran tener a sus hijos. 
• Las mujeres convivimos con prejuicios que truncan nuestros esfuerzos por una vida plena: pregunten sobre estigma a una madre soltera. 
• Hay quienes nos tratan subestimando nuestra inteligencia. Frecuentemente somos paternalizadas en conversaciones donde podríamos liderar.  
• Porque hay hombres que creen que por abrir la puerta o pagar la cena, merecen una “recompensa”. 
• Hay poco interés en buscar soluciones. La prueba está en la falta de respuesta o respuestas como “mueren más hombres” (no lo negamos, nos molesta que las mujeres son asesinadas por sus parejas o por atacantes sexuales), “ella se lo buscó” (nadie nunca busca sufrir violencia), «si no es guapo o tiene dinero, es acoso» (se llama consentimiento), “salió a correr en shorts” (porque los hombres son modelo de pudor para hacer ejercicio), “seguramente lo está inventando” (¡perdón detective!), “deberían quitarles la matriz a las que quieren abortar” (si con esa empatía se predica, ¿tendrán también soluciones para los hombres que abandonan a mujeres embarazadas? Es ignorancia médica y una condena, y cabe aclarar que soy provida), “ha de andar en sus días” (una aguanta dolor, inflamación, fatiga y sigue esforzándose para que le echen esos comentarios), “son unas feminazis” (carencia total de argumentos, no quieren conversar, sino otra vez, solo condenar), y un largo etc. 

Hay muchos pasos que dar en la lucha por la dignidad y derechos de la mujer. No nos feliciten el 8 de marzo, mejor que sea un día de escucha y reflexión.

¿Quién negaría la inteligencia y voluntad de las chicas? Eso sería cuestionar su entera humanidad. 

Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein)